Después de analizar la propuesta, a mi compañera y a mí nos surge una duda fundamental: ¿son correctos los objetivos y funciones de los Centros Superiores de Formación o deberían replantearse desde las distintas partes del sistema educativo? Es decir, todos los participantes del sistema educativo deben consensuar y tomar la palabra en este modelo de formación del profesorado. No se puede restringir la metodología y las etapas a una élite, sino que alumnos, padres, responsables del centro, etc. han de ser a su vez partícipes, puesto que directa o indirectamente les afecta las decisiones en cuanto a formación del profesorado.
También es necesario justificar las decisiones que se tomen en los Centros Superiores de Formación, como por ejemplo especificar la formación de profesores dependiendo de su área de conocimiento.
Por otro lado, desde mi punto de vista la iniciativa no es mala, ya que cuenta con varias ventajas: para el alumno, el hecho de que el profesor esté en continuo aprendizaje facilita su inmersión en nuevas innovaciones en el ámbito educativo, acceso a tecnologías, desarrollo de técnicas de enseñanza cada vez más depuradas en el paso del tiempo y mejores con respecto al pasado... En cuanto al profesor, ser constantemente evaluado puede motivar su disposición en el trabajo y servirle como estímulo para hacerlo mejor, así como la posibilidad de realizar tesis doctorales u otros logros que mejoren su carrera profesional.
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